No me malinterpreten: no me estoy burlando. Esta es la manera de desear año nuevo: el dos mil nueve.
Los expertos dicen que la situación es difícil. El periódico Milenio dice que el festejo del 31 del año recién concluído dejó alrededor de tres toneladas de desperdicio y basura.
...pero hubo cena en las casas, no como en antaño, pero los lazos familiares, las ganas de convivir y comer juntos, no tiene precio, eso encarece y adquiere más valor.
...si no fue como en otras épocas, sí se vendieron las famosas uvas, pero me pregunto: ¿a quién se le ocurrió semejante disparate? Que yo sepa, mi faringe no es de serpiente. De todos modos yo nunca engullo semejantes bayas.
Mientras haya vida, haya esperanza; respeto a quien recapitule todas las tragedias y comedias del 2008, pero yo no pienso hacerlo en esta ocasión. Ya lo que pasó quedó registrado en los periódicos y serán texto de los libros de historia contemporánea.
Cierto. La vida es difícil, si no es un lecho de rosas, tampoco un potro de tormento; el mundo está en crisis. Nada ha sido fácil para mi, pero no voy a caer en el ciclo depresivo de hace cinco años.
De mí depende.
PERLAS DE ÉTER.
Paulatinamente iré transfiriendo mis gustos, intereses y opiniones a este nuevo blog.
Hasta pronto.
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