martes, 30 de agosto de 2016

CRÍTICA ÁCIDA A CRÍTICO

Durante los años que tengo redactando este sítio, he reseñado discos, películas, pequeñas obras de teatro, tratando de expresar la percepción  que me produce lo que veo, leo y escucho. Lo que voy a hacer es casi inaudito: revisar la prosa de una columna que ha causado ámpula y vamos a ver qué se le puede sangrar. 

A dos días del deceso de Alberto Aguilera Valadéz, mejor conocido en el espectáculo como Juan Gabriel. Aparece, tanto en papel como en multimedia, el artículo "No me gusta "Juanga" (Lo que le viene guango)", firmado por Nicolás Alvarado para Milenio. En el cual versa sobre su nula predilección sobre la música del cantautor oriundo de Parácuaro y criado en Ciudad Juárez.

Empecemos a diseccionar:

No sólo desprecia la creatividad de Juan Gabriel, sino a su propia esposa por poseer algunos discos de él; para decir que que "es uno de los letristas más torpes y chambones de en la historia de la música y popular". Perdón, ¿pero un "intelectual" puede usar un adjetivo tan coloquial como peyorativo? ¿Le bastaron sólo unas cuántas canciones para describir su obra de esa manera? ¿Cuáles son los títulos de esas creaciones?

Alvarado se quedó con el término despectivo de "masas". No sé él pero a mí, en mi carrera profesional me enseñaron a respetar a los seguidores de la cultura de élite,  como a los de las masas. 

Por supuesto que su texto es clasista, porque da a entender que un titulado vale más que una persona que apenas y acabó la primaria... Y vean todo lo que Juan Gabriel  hizo sin haber ido ni al Conservatorio. Por supuesto que la sintaxis en verso es diferente a la prosa, pero creo el columnista de marras no lo entiende. Sólo quiere exhibir una egolatría con pose.

Criticar a un crítico es un acto casi sociópata que sólo un cuerdo puede hacer ese trabajo, sólo que creo que no cumplo con el último requisito a cabalidad. Ya no puedo hacer más, se acaba de exponer solo. Es una vergüenza que alguien que escribe un artículo en un medio impreso masivo se exprese de esa manera de alguien que no le podrá rebatir. Alvarado no se da cuenta que ha caído en el juego que detesta pero con resultados negativos. Ahora sí que su columna se le dañó.


CRÍTICA ÁCIDA A CRÍTICO

Durante los años que tengo redactando este sítio, he reseñado discos, películas, pequeñas obras de teatro, tratando de expresar la percepción  que me produce lo que veo, leo y escucho. Lo que voy a hacer es casi inaudito: revisar la prosa de una columna que ha causado ámpula y vamos a ver qué se le puede sangrar. 

A dos días del deceso de Alberto Aguilera Valadéz, mejor conocido en el espectáculo como Juan Gabriel. Aparece, tanto en papel como en multimedia, el artículo "No me gusta "Juanga" (Lo que le viene guango)", firmado por Nicolás Alvarado para Milenio. En el cual versa sobre su nula predilección sobre la música del cantautor oriundo de Parácuaro y criado en Ciudad Juárez.

Empecemos a diseccionar:

No sólo desprecia la creatividad de Juan Gabriel, sino a su propia esposa por poseer algunos discos de él; para decir que que "es uno de los letristas más torpes y chambones de en la historia de la música y popular". Perdón, ¿pero un "intelectual" puede usar un adjetivo tan coloquial como peyorativo? ¿Le bastaron sólo unas cuántas canciones para describir su obra de esa manera? ¿Cuáles son los títulos de esas creaciones?

Alvarado se quedó con el termino despectivo de "masas". No sé él pero a mí, en mi carrera profesional me enseñaron a respetar a los seguidores de la cultura de élite,  como a los de las masas. 

Por supuesto que su texto es clasista, porque da a entender que un titulado vale más que una persona que apenas y acabó la primaria... Y vean todo lo que Juan Gabriel  hizo sin haber ido ni al Conservatorio. Por supuesto que la sintaxis en verso es diferente a la prosa, pero creo el columnista de marras no lo entiende. Sólo quiere exhibir una egolatría con pose.

Criticar a un crítico es un acto casi sociópata que sólo un cuerdo puede hacer ese trabajo, sólo que creo que no cumplo con el último requisito a cabalidad. Ya no puedo hacer más, se acaba de exponer solo. Es una vergüenza que alguien que escribe un artículo en un medio impreso masivo se exprese de esa manera de alguien que no le podrá rebatir. Alvarado no se da cuenta que ha caído en el juego que detesta pero con resultados negativos. Ahora sí que su columna se le dañó.


viernes, 26 de agosto de 2016

MI PAÍS ES UN PAÍS...

Vivo en un país donde al menos apto lo ponen de jefe y al más preparado, con todo y su título universitario, lo tienen como "peón de oficina", con el futuro incierto y las ilusiones rotas.

En ese mismo país, son capaces de obsequiar televisiones digitales para mantener distraída a la gente, en lugar de inyectar presupuesto a las televisoras públicas para difundir arte y cultura. 

También son lícitas las uniones con empresas que no ofrecen un servicio honesto y en contubernio con el banco, pueden hacerte creer que tu realizaste una compra cuando a todas luces robaron tu identidad y falsificaron tu firma. También, como en novela de Orwell, la institución que debería defender a los cuentahabientes por las arbitrariedades sufridas, se pone del lado del banco, desestimando tu querella.

Vivo en un país al que le importa poco la necesidad de las personas y la filantropía apesta a su antónimo. Una nula compasión encapsulada en frasesitas tontas y justificaciones absurdas que sólo abren más la herida.

Vivo en un país donde cada quien quiere defender su postura, pasando por encima de quien sea. Donde a gente prepotente, que ni siquiera tiene influencias sino que se amparan en sus costosos fetiches, les llaman socarronamente "Lords" y "Ladies" y no son más que tipejos con poca educación y modales.

En ese país, todo es posible, con dinero o con dádivas. Es posible hacerte pagar muy caro tu poder de decisión. Si no con sangre, con níquel o si no, tu dignidad o tu salud.

Para terminar este lamento, tomaré prestados los versos de Alberto Cortez: "Yo no sé si es inocencia/ o es conformismo a ultranza./ O simplemente insolencia/ Por exceso de confianza". Pero qué hacerle: vivo en un país donde es más caro quejarse que aguantarse.

Por todo éso: México, no me dueles. Me duelen las estupideces que hacen contigo y en tu nombre.

miércoles, 17 de agosto de 2016

LUNITA

La luna...
Tan blanca como tú

Y tú...
Tan blanca como la luna.

martes, 9 de agosto de 2016

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Mi apreciable y reducido círculo de lectores han atestiguado a través de mis textos en el blog sobre los embates que he sufrido en aras de ampliar mis horizontes. Dice un proverbio que dos son mejor que uno y la pregunta de quién levanta al que se cae se responde constantemente.

Ya conozco los síntomas de dejarse llevar por ese tobogán de la espiral descendente. Ya se me dejó de antojar esas tardes donde me encerraba en una pequeña cocina para poner mis pensamientos en orden o de plano dormir replegado a las paredes. Decidí no hacerle caso a esa clase de soledad que a la larga es nociva.

He recuperado mi tiempo libre y he aprendido a usar esos nobles cajeros porque llegará el día que va a cambiar para bien muchas cosas. He recibido planes de acción y no sólo consejos. Decidí que voy a trabajar como si fuera el primer día o el último pero ya no volveré a poner el corazón, el hígado, los riñones ni ninguna otra víscera en aras del deber -la última vez perdí el habla durante 4 horas-. Las muestras gratis se agotaron y no, no lo siento mi tanto así.

En un submundo donde profesionistas soberbios se enojan porque no te les dirige por su título académico les tengo una noticia: que yo también soy profesionista y ante la ley mi cédula es tan legal como la de ustedes y no pido  pleitesías para mí, pero sí voy a luchar por lo que me pertenece. 

En un país donde a un ser de 4 décadas lo condenan a la mediocridad de una oficina, le voy a demostrar que esa clase de vida no es para mí. Nunca he sido conformista y aspirar a más no es pecado ni delito. Va a ser difícil pero, Dios mediante, sé que lograré.