Es tanta el hambre por ser candidato a la silla presidencial, que entre los mismos militantes se muerden entre ellos, como en el caso de Margarita Zavala, la otrora primera dama del periodo 2006-2012. Como ese político aprendiz de reciente creación llamado Ricardo Anaya quiere ser candidato a como dé lugar, no dio oportunidad a una consulta interna para más aspirantes y éso es lo que Zavala alega en su defensa para haber desertado del Partido Acción Nacional y abanderarse por ser candidata independiente.
Es tanta el hambre por aspirar al cargo ejecutivo que el actual gobernador del Estado de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón apodado "El Bronco", ya se registró para contender por el codiciado trono republicano, supongo que por la creencia de que el que pega una vez pega dos veces. Sólo necesita un millón de firmas para que lo unzan -perdón-, unjan candidato.
Es tanta la maldita hambre que figuran más nombres para contender el próximo año: muchos de ellos, militantes de algún partido político, ya tienen callo en el oficio político y ese expediente demerita su independencia. Ni siquiera las aspiraciones de Pedro Ferriz De Con las puedo considerar como opción ciudadana.
Y otra vez el candidato perenne, nuestro O'Brien mexicano. Andrés Manuel López Obrador, que bien puede ser mentor indirecto de Anaya (por aquéllo de los discursitos sobre los malos gobiernos y su afán de sentirse dueño del pan) sigue con la misma alharaca de siempre "combatiendo" esa pegostiosa masa fusiforme llamada "Las Mafias del Poder".
Y nosotros los votantes -o botantes- estamos agarrados de las cuerdas de ese cuadrilétero político. Ya me imagino que la boleta electoral, que adivino será una auténtica burla para los empadronados por segunda ocasión, va a ser una impresión a escala de un cartel de lucha de Aboitiz.
...y como remata Ricardo Alemán: Al Tiempo.
P.D. Mientras escribía este texto, me acordé de una canción de Alejandro Sanz ¿Ya saben cuál?
