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jueves, 27 de abril de 2017

VÁLVULA DE ESCAPE

Aún no es 2018, y tenemos aspirantes a la presidencia de México como buitres rondando al posible occiso, y los medios se toman la "gentileza" de ponernos al tanto de todas sus actividades, para bien y para mal. Ya sea en los medios tradicionales o en las redes sociales que esos medios usan.

Que si tal candidato es corrupto, que si éste recibió dinero, que si lleva la delantera en las encuestas, que si ya aprehendieron a un ex gobernador, que si su partido político le restringió sus derechos como militante, etcétera. ¿Me sirve saber todo éso como profesionista? ¡No! ¿Es útil esa información como ciudadano? ¡No! ¿Me conviene saberlo como votante? Tampoco.

Es pura basura que atiborra la consciencia, al fin basura. Parte del abstencionismo se debe a que la mente se contamina de tanto dato que no es de provecho y como reacción a esa intoxicación el cerebro comienza a rechazar todo lo que concierne a la contienda electoral. No estoy justificando la renuencia a votar, así funciona.

Y repito: las "pseudonotas" no existen. Ese formato informativo está estructurado para redactar en ella cualquier cosa. Si se fijan bien las notas de primera plana no siempre son sucesos fuera de serie. Además muchas notas están pagadas; de no ser así, olvídate que tu diario cueste 5 pesitos. No te alcanzaría.

Se quedaron cortos los teóricos de la comunicación con las teorías de Disfunción Narcotizante y La Aguja Hipodérmica. Disiento de Álvaro Cueva, no es que sea más importante para la gente el Frapuccino Unicornio que la Aprehensión de Javier Duarte, es que la gente quiere escapar de esa clase de notas y busca una válvula de escape.

domingo, 8 de junio de 2014

AÚN HAY ESPERANZA

Ayer fue el día de la libre expresión, también asignado para los que estudiaron comunicación en cualquiera de sus tres niveles (en mi caso, licenciatura) y les quiero compartir algo que no había podido por falta de tiempo.

Hace como cinco años, mientras comía en la cafetería al lado del patio de una escuela secundaria, me toca ver la fiesta de los alumnos de secundaria. Fiesta, comida, sonrisas, todo iba bien hasta que el DJ que ponía la música indicó el final con las tradicionales "Golondrinas", entonces todos los muchachos fueron atacados por la melancolía y comenzaron a llorar desconsoladamente, abrazándose mutuamente, escribiéndose notitas en las camisas, prometiéndose ponerse en contacto.

Es motivo de alegría para mí, que en pleno siglo XXI, con  celulares, redes sociales, el ahora vetusto correo electrónico y aplicaciones para comunicarse mejor, uno se sienta agobiado porque se acaban de golpe, como en el caso de estos chicos, tres años de estudiar y convivir casi a diario. Significa que aún hay esperanza, que nuestro instinto no ha sido rebasado por la tecnología, que como seres vivos necesitamos interactuar con nuestros semejantes.

Sigue vigente la conclusión a la que llegué cuando egresé de la universidad hace 16 años: que a pesar de todas los inventos para acortar las distancias: correos, teléfonos, telegrafía, interfones, faxes, teletipos (antecesores del internet), radios de banda, celulares, correos electrónicos, redes soicales, el proceso de comunicación ideal, si no perfecto, es el que entablamos cara a cara, de persona a persona. entendiéndonos y generando empatía.

viernes, 15 de junio de 2012

LA POLÍTICA COMO PRODUCTO DE CONSUMO.


Seamos francos. Ya sé que no soy un analista político, pero eso no obsta que hable de política desde un punto de vista, más de comunicólogo que de ciudadano, aunque lo segundo me otorga un derecho implícito.

Hace más de un lustro que en una tienda especializada en ópticos recibí muchos cursos y seminarios de ventas y actualización y algo se me quedó bien grabado: la clientela compra en base a emociones, y ellas son el ingrediente perfecto para  que el oferente le venda más de lo que se pensaba comprar. Y mi pequeño círculo de lectores se preguntarán ¿qué tiene que ver con la política? pues más de lo que se puedan imaginar, especialmente en estos tiempos electorales. 

La propaganda y la publicidad han ido diluyendo esa delgada línea roja que las mantenía a raya, si bien se utiliza una a manera de género periodístico de inserción pagada para ofrecer una idea, posteriormente un medio de comunicación, una agencia publicitaria o un consorcio editorial -o la combinación de las tres- le  venden a una figura pública un atributo que en la realidad no posee. Aquí la publicidad establece las reglas del juego. Para el advertising un detergente y un individuo son lo mismo: artículos de consumo.

En teoría, no se puede analizar como mercado una campaña política por dos razones sencillas: no se ofrece algún producto o servicio ni genera rentabilidad (léase ganar dinero), pero en la práctica, a la hora de ofrecer un paquete, qué importa que una agrupación de esa índole las obtenga. Las agencias publicitarias, empresas de mercadeo, branding y encuestadoras encontraron un target fácil de envolver con terminologías que dudo entiendan. Dígalo si no, cuando se escucha la sentencia falaz de que un candidato ganó las encuestas.

Quizá se empleen tiempos oficiales a manera de pauta de tantos spots por bloque y en cadena nacional, pero qué me dicen de los costos de producción de cada versión en los anuncios de los cuatro contendientes a la Presidencia de la República Mexicana. Se mueve mucho dinero, que muchas veces es desperdiciado para hablar mal del contrario. 

Este exceso de información atiborra el consciente, contamina el subconsciente y a muchos les va a llevar a la inacción, la cual se traducirá en la abstención a emitir voto. Por otro lado, los que hayamos decidido cumplir con nuestro deber cívico, quizá tenamos muchas cosas en la cabeza y habrá quien esté contento, otro enojado, otro con frustraciones, etcétera; luego entonces: las emociones habrán influido en el sufragio. Como cuando estás alegre y les invitas un refresco a tus amigos,o como cuando alguien se deprime y se pone a comprar de manera compulsiva.

La manera de hacer política se ha vulgarizado, el candidato se ha vuelto una vil mercancía y a veces de segunda mano; ¿hasta dónde serán capaces por obtener siquiera una migaja de simpatía por parte de nosotros?

viernes, 26 de noviembre de 2010

EL LIBRO ANHELADO

Uno de los propósitos que me propuse en este año es ir consiguiendo bibliografía acerca de temas que tengan qué ver con las ciencias de la comunicación, que es la profesión que elegí.

Queriendo o no, me he encontrado con auténticas joyas en libro que forman parte del acervo de todo comunicólogo, cualquiera que sea el nivel académico de esa ciencia humana.

Ya les había hablado de la compilación de Wilbur Schramm. Que me tomaré tiempo para leer y asimilar bien los resultados de los pimeros estudios realizados en Estados Unidos.

Ayer, visitando uina librería, encontré une edición de "Teorías de las Comunicaciónes de Masas" De Melvin de Fleur y Sandra Ball Rockeach. (Paidós), el cual fue mi libro de texto en Sociología, materia impartida por el Maestro Carlos Martínez Frigar en el Campus Tampico-Madero en La UAT.

Esta obra en términos generales trata sobre las teorías básicas que respaldan a la Comunicación moderna, así como una semblanza del desarrollo de la prensa, la fotografía y el cine, entre otros medios de comunicación de masas.

Esta vez- además de leer ala obra completa- voy a curar un poco mi frustración por no haberlo comprado en su momento, no obstante que tenía una parte en copias.

Si hace quince años costaba casi doscientos pesos, ahora lo hallé a precio de fábula.

sábado, 24 de julio de 2010

CEREMONIA DE GRADUACIÓN

Hace doce años un día como hoy -era viernes- asistí a la ceremonia de graduación de la carrera de Ciencias de la Comunicación.


De todo lo que ocurrió esa vez, sólo me quedo con esto.

Fuente: Diario de Tampico, Sección Estilo. 26 de Julio de 1998