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jueves, 9 de julio de 2009

SNAKE XENSIA A BORDO

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Una pequeña culebra degradada a cuadros -valga la redundancia- serpentea en una pantalla verde fosforescente, en su trayecto va comiendo unas esferitas pulsantes que conforme van traspasando sus fauces, aumenta en tamaño.

Luego aparece otra bolita, mayor que las demás, el ser ofídeo tiene que atraparla en tiempo pertinente porque pierde su nutrimento -puntos- y así va acumulando en su trayecto mientras se oblonga y prolonga.

Pero creo que la viborita virtual es algo astígmata, o el tonto es otro, porque siente que se le acaba el espacio que se acaba mordiendo a si misma.

Y ahí se acaba el juego.

Como me aburro porque soy muy idiota para dejarme abstraer por algo que no sea trabajo, regreso la función del celular, prefiero matar el tiempo a bordo con mi cassette de Sergio Mendes que compré la semana pasada, vaya que me dio lata restituirlo, pero no me rajé, tiene un super sonido.

martes, 2 de junio de 2009

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA -LA DE MI CD PLAYER-

Hola. ¿Qué dijeron? ¿Pensaron que me olvidé de ustedes? Pues no. Desde este lado me dispongo a dar lata con mis textos y esta vez les quiero contar acerca de las pocas horas de vida que le quedan a mi reproductor de discos compactos portátil -ojo, no se dice portable-. Los síntomas son evidentes.

Hace casi tres semanas, sentado en un autobus, coloco sobre el tocadiscos comnpacto uno de mis fantásticos polímeros redondos para tocarlo en él, y todo normal, es de esos discos que escucho desde el principio hasta el final, pero de pronto, al cuarto track se desprogramó y la pantalla titilaba hasta regresar al track 1.

...y así se ha estado comportando desde entonces, pero eso no era todo.

Me prestaron un disco, y lo estuve escuchando casi completo, lo malo es que en la última canción se quedaba sin tocar. Peor me sentíu cuando quise oir "Elysium" de Portishead, mi canción favorita fragmentada. Afortundadmante lo tengo en cassette.

Voy a tener que recurrir a mi tocacintas en lo que me compro un nuevo player. y a ver si hallo, porque pregunté ayer en Woolworth y dicen que ya no los venden, que nomás puro MP3.

¿Pues qué ocurre? ¿acaso el anacrónico y aferrado soy yo?

domingo, 12 de abril de 2009

TOMADO DEL BAUL


En estos momentos me pongo a meditar en un fenómeno que puede obnubilar la creatividad y la iniciativa de un mexicano: que cuando hace algo, si no innovoador, sí ingenioso, se le toma como un atentado a lo ya establecido.

Claro, no lo digo como regla general, pero para explicarme mejor, les contaré una anécdota de mis tiempos de escuela primaria, es la primera vez que lo relato:

Hace 22 años, yo cursaba el quinto año. Como ustedes saben, siempre se encarga de tarea la monografía de algún personaje histórico -sí, de esas que parecen estampitas-, la verdad no me acuerdo quién era, pero me encargaron una de esas para transcribirla a mi cuaderno.
Llegué de la papelería, y sin querer me di cuenta que había comprado dos cromos del mismo que pedí: entonces se me ocurrió utilizar ambos: uno lo usé para copiar a mi libreta y el otro lo recorté para darle una presentación, según yo, pulcra y ordenada.

Para el día lunes, tenía lista mi tarea, mis compañeros uno a uno les revisaron sus trabajos, mientras esperaba mi turno.

Luego seguí yo, llevaba mi tarea en mano y cuando la profesora la tuvo en su poder, frunció el ceño. Sin siquiera averiguar, me reclamó que hice mi tarea por otro medio -léase, otro libro-, yo le expliqué que sí lo tomé del cromo que nos encargó, pero que lo recorté por los bordes para que se viera mejor, para demostrarlo le enseñé la "estampita" que me sobró.

Entonces ese arcaísmo de la pedagogia me sentenció: "no vuelvas a hacer tus tareas de ese modo". Tal vez pensó que me quería hacer el interesante o algo así. No entendía eso, pero una cosa me quedó clara: Si no hacía mi tarea, es malo; si la hacía lo mejor que podía, peor.

Con el tiempo pude aprender dos cosas: que no se le puede dar gusto a todos y que no siempre se trata de cumplir con sus deberes, sólo haciéndolo con entusiasmo, cualquier comentario mal intencionado solo sirve como indicador del progreso.

domingo, 15 de marzo de 2009

EL BARBECHO DEL GOZO EN VIERNES


No es tarde para estar contento. No es anormal percibir una nubecita grisácea interponiéndose en la felicidad propia; lo que pasa es que, como les conté en una entrega anterior fué más la cautela enfundada en un ceño, que la felicidad paseándose en una sonrisa. El típico mecanismo de defensa de alguien que ingresa a trabajar.

Pero esa sonrisa que peleaba con mi ánimo adusto, paulatinamente lo hizo ceder -alguien tenía que hacerlo- y poco a poco se apeó en la estación de trenes de la esperanza; una esperanza prematura por la intromisión del fin de semana. A las dos de la tarde del viernes, escuché -por primera vez en este año- Esa dulce canción: "puede pasar a firmar su póliza".

Como que no daba crédito, pero estaba ahí, deseosa de recibir mi oscura rúbrica al igual que el recibo que le acompañaba. De pronto mis labios inevitablemente enarbolaron la bandera de la alegría en el firmamento de mi faz.

Posterior a ello, fui a saldar una cuenta pendiente de teléfono, a recargar de tiempo aire a mi celular.Me comí con cierta fruición un hot dog, que ya tenía rato de no degustar uno.

No obstante, voy a flexibilizar mi plan de austeridad racionando mi gasto.

Pero bueno, todo por pasos, ya puedo contemplar mejor el horizonte.

viernes, 6 de marzo de 2009

SONRISA AL REVÉS

Quisiera mostrarles lo feliz que me siento de que tengo un nuevo trabajo después de ocho meses de estar batallando con finiquitos, apoyos al desempleo por derecho, entrevistas y todas esas cosas.

Pero siento que no puedo doblar las campanas, como que a esa sonrisa de castor que acompaña a mi poco usual regocijo, lo superó la cautela.

¿Acaso será la edad?

jueves, 5 de marzo de 2009

SE CIERRA UN CAPÍTULO, SE ABRE OTRO

Bueno. Aquí estoy otra vez.

No pienso abundar en detalles. Sólo diré tres palabras:

Tengo un Empleo.