jueves, 24 de diciembre de 2015

REPUDIO A LA ANCIANIDAD

Ayer me enteré en un noticiero -uno de tantos que tiene por consigna restregarte la nota por varios días- de dos sucesos nada gratos: uno de un chofer que se hizo de palabras con un pasajero de edad y acto seguido lo bajó a patadas del vehículo con el motor en marcha. La segunda nota le procedió por la similitud: pensionados que reclamaban el retraso en sus pagos fueros replegados por policías, que se veían dispuestos a usar sus escudos y cachiporras en los ancianos. Está de más decir que me enojé.

Además de la inseguridad que impera en el país y ese culto al placer que conduce al sadismo de ciertas personas, ¿había que agregar la falta de consideración hacia un adulto mayor? ¿De veras creen que porque uno es joven ya las trae todas consigo? ¿Sirvieron de algo esas expresiones políticamente correctas como adultos plenos? ¿Les devolvió el respeto perdido a los señores y señoras de edad la supresión del término "vejez"?

Lo mencionado en el primer párrafo me demuestra que no. Dejémosle de hacer caso a gente cuyo pensamiento no concuerda con sus actos: especialmente políticos y esos pseudo activistas de pulgar arriba que en lugar de amar a quienes protegen, los ofenden con sus actitudes. 

Cuando veamos a un hombre o mujer en el otoño de sus días, nomás recordemos ésto: como nos ven se vieron; como los vemos nos verán. Si Dios lo permite, para allá vamos.

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