Es verdad que hoy es el día del trabajo. Que se conmemora en honor de los Mártires de Chicago quienes acaecieron en la lucha por sus derechos que eran pisoteados por sus patrones en las industrias. A lo cual se le suman las represiones a las huelgas Cananea y Río Blanco. Me atrevo a agregar a esas circunstancias aciagas a las víctimas de las minas de Pasta de Conchos y hablar de lo que pocos toman en cuenta y escogí este día.
Según esto, de acuerdo con la reciente reforma a la ley del trabajo, los estados que estaban en la zona C los pasaron a la B, quedando la primera suprimida y los que estaban antes en la B, quedaron en la A, pero si soy sincero, no veo clara la diferencia en la realidad.
Varias veces he insistido en este espacio que la abundancia de casas de empeño, sociedades de préstamo y tiendas de prendas, son una variante de violencia. Ya le hallaron el hilo a la madeja y se dieron cuenta que es más rentable endeudar a los menos favorecidos, ya sea pobres o caídos en desgracia, prestándoles con pocos requisitos y en algunos casos, cobrarles intereses totales hasta de un 170% por encima del monto. Mi situación en estos momentos no es buena y sólo espero en Dios que no caiga en manos de estos prestamistas logreros.
Camino por las calles, que en durante un lustro se ha convertido en mi sustento, he podido ver cómo algunos muchachos con la vergüenza o la esperanza hecha añicos y al carecer de recursos para adquirir estupefacientes caros, encuentran consuelo en los solventes como el pegamento amarillo y el cemento plástico. El sopor letal de estos al inhalar penetra directo hacia las corticalizaciones del cerebro y así se escapan de la realidad. ¿Por qué casi no se habla de estos viciosos de bajo rango? Quizá porque no es nota que venda ni opinión que conmueva.
Mucho se habla de las víctimas ultimadas en la calle, pero pocos mencionan a las víctimas de la ansiedad y la paranoia. No sólo a los animales les asusta la pirotecnia sobre todo si esta es procedente de las armas. Recuerden que la línea que separa a los buenos y los malos ha sido borrada. La única polaridad existente sólo está en los hemisferios de nuestro planeta.
Todo esto que les cito líneas arriba se me agolpó en mi cabeza mientras veía en el centro de mi ciudad cómo concluía una conmemoración más al día del trabajo, que es más de los sindicalizados que del resto de los trabajadores, como los que el sector comercial, en su mayoría tienen que abrir sus establecimientos. Otros descansan. Otros ni lo uno ni lo otro.
Puedo opinar acerca de esto. Aunque no puedo presumir de haber estado en una empresa por más de una década, tengo los argumentos para decir que me ha tocado estar en cada frente. He marchado en un día como estos, he descansado como trabajador, he estado desempleado y me he atrincherado detrás de un mostrador. En fin, lo que correspondía a cada vez. Con todo y eso. Vivan los subempleados, que desde sus posiciones ponen de alto el honor de sus carreras técnicas o profesionales y su labor la hacen con amor