Twitter es al ya no tan nuevo, aunque aún joven siglo XXI, lo que la radiotelegrafía a inicios del anterior. La Red Social de textos breves que desde su lanzamiento en 2006 ha pasado por muchos cambios, no ha sido sino hasta el 7 del mes en curso que anunció la duplicación de sus posteos, de los 140 caracteres a 280. Excepto para la escritura China, Coreana y Japonesa. Y no, no lo vean como discriminación: lo que ocurre es que ellos utilizan otro tipo de grafías llamadas ideogramas y silabarios, así que no necesitarían dicha ampliación.
Este cambio ha sido el más radical de este portal desde la aparición de los temas de moda con numeral ó gato ó hashtag. Si bien voy a extrañar la regresión numérica que me obligaba a usar la brevedad telegráfica para ocupar ese espacio y poder sintetizar mis ideas, especialmente cuando tenía que dividirla en partes, ahora cuento con una especie de circunferencia que me ayuda a saber cuándo se me acaba mi cuota escritural.
Y esta nueva medida nos trastornará por completo -al menos éso creo- a la hora de escribir o en mi caso también promover mi blog. Si bien ha añadido neoligismos a nuestro idioma para tratar de describir muestra actividad e interés dentro del sitio de la avecilla añil.
Y se escribe una nueva historia, aprendan a aprovecharla. Sean corteses, no insulten, no se rebajen al nivel del ignorante, está bien que sigamos a nuestras celebridades pero tampoco hay qué acecharlas. Inicien con un hola, despídanse con un adiós. Las reglas de etiqueta también aplican en la red social. Así disfrutarán armoniosamente de este cambio. Twitter ya nos educó. Ahora demostrémosle que nos merecemos más espacio para expresarnos libremente.