La ciudadanía no se deja engañar, estamos atiborrados por culpa del Instituto Nacional Electoral en la promoción de los aspirantes a la Presidencia de México, la cual les otorgó los tiempos oficiales para bombardearnos con sus anuncios a razón de un spot o dos por partidos cada media hora. En aras de consultas que no son del dominio popular y sólo son incumbencia de los militantes de los partidos en cuestión.
Nos lo presentan como postulaciones a candidaturas pero me asaltan varias preguntas: ¿Quién le contiende a Ricardo Anaya Cortés? ¿Quién le compite a Jose Antonio Meade Kuribreña? ¿Quién es el adversario interno de Andrés Manuel López Obrador? Ni hablar de los "independientes" que les pusieron la vara muy alta y con la garrocha de las firmas recabadas de modo digital ansían postularse -¿o pustularse?- a una candidatura.
Un precandidato que a los militantes del PRI y el Verde se presenta como una opción apartidista, otro que movió fichas para ser el único abanderado de una coalición que en apariencia es desigual y el eterno candidato que presuntamente es el opositor al gobierno pero que en realidad es una especie de O'Brien mexicano (si él puede citar a Orwell, por aquello de La Rebelión en la Granja, pues yo también).
Ese mismo candidato que dice ser de izquierda es el que puso el grito en el cielo por la "utilización" de un niño (el otrora participante de La Academia Kids, Yuawi), para que cantara un jingle que al fin tuvo éxito desde que pusieron a niños a cantarla, ya que no fue muy exitosa con esa combinación de chúntaro style y baile del gavilán. Después de más de 20 años de publicidad al servicio de la propaganda, han cosechado su primer fruto.
Estas precampañas no son tal, si más bien son el preludio que perfila a los posibles candidatos de lo que se pretende: 3 candidatos representando a coaliciones y dos candidatos sin agrupación política de respaldo, que dicho sea de paso, son pan con lo mismo.
Atesoren mis palabras, se acordarán de mí.
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