Durante los años que tengo redactando este sítio, he reseñado discos, películas, pequeñas obras de teatro, tratando de expresar la percepción que me produce lo que veo, leo y escucho. Lo que voy a hacer es casi inaudito: revisar la prosa de una columna que ha causado ámpula y vamos a ver qué se le puede sangrar.
A dos días del deceso de Alberto Aguilera Valadéz, mejor conocido en el espectáculo como Juan Gabriel. Aparece, tanto en papel como en multimedia, el artículo "No me gusta "Juanga" (Lo que le viene guango)", firmado por Nicolás Alvarado para Milenio. En el cual versa sobre su nula predilección sobre la música del cantautor oriundo de Parácuaro y criado en Ciudad Juárez.
Empecemos a diseccionar:
No sólo desprecia la creatividad de Juan Gabriel, sino a su propia esposa por poseer algunos discos de él; para decir que que "es uno de los letristas más torpes y chambones de en la historia de la música y popular". Perdón, ¿pero un "intelectual" puede usar un adjetivo tan coloquial como peyorativo? ¿Le bastaron sólo unas cuántas canciones para describir su obra de esa manera? ¿Cuáles son los títulos de esas creaciones?
Alvarado se quedó con el termino despectivo de "masas". No sé él pero a mí, en mi carrera profesional me enseñaron a respetar a los seguidores de la cultura de élite, como a los de las masas.
Por supuesto que su texto es clasista, porque da a entender que un titulado vale más que una persona que apenas y acabó la primaria... Y vean todo lo que Juan Gabriel hizo sin haber ido ni al Conservatorio. Por supuesto que la sintaxis en verso es diferente a la prosa, pero creo el columnista de marras no lo entiende. Sólo quiere exhibir una egolatría con pose.
Criticar a un crítico es un acto casi sociópata que sólo un cuerdo puede hacer ese trabajo, sólo que creo que no cumplo con el último requisito a cabalidad. Ya no puedo hacer más, se acaba de exponer solo. Es una vergüenza que alguien que escribe un artículo en un medio impreso masivo se exprese de esa manera de alguien que no le podrá rebatir. Alvarado no se da cuenta que ha caído en el juego que detesta pero con resultados negativos. Ahora sí que su columna se le dañó.
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