lunes, 19 de octubre de 2015

MASTERCHEF A LA PARRILLA 2

Ayer domingo fue la gran final de Masterchef México, como ustedes recordarán, di mi punto de vista acerca del primer programa, que me dio mucho qué desear. Sin  embargo, di mi voto de confianza para seguir viéndolo y por lealtad connacional, le perdí la pista a su homólogo de España. 

Fue mi programa favorito, domingo tras domingo, parece que no me imagino ver los proximos inicios de semana sin la M llameante, cada episodio me provocó diversas reacciones, disfruté ver a los participantes cocinar, por poco los considero el mejor concurso reality show que haya visto alguna vez, pero creo que es mi deber también señalar sus fallas.

¿Cómo se les escapó la escena donde a Alan le están celebrando? Podré entender que el programa no era en vivo, pero ése no es pretexto. No estoy diciendo que no haya merecido ganar, simplemente que, según comentarios que leí, muchos sienten su triunfo como políticamente correcto, el triunfo de alguien que emerge de la clase tranbajadora y cosa así. Ya de por sí no tenía un favorito. 

También puedo entender que no están obligados a respetar el laicismo en sus programas y que una religiosa pudiera participar, pero el hecho de vulnerar los preceptos doctrinales y rituales de Gina, ¿por qué creen que lloraba mientras veía la cabeza del puerco? De veras que ahí me di cuenta que la libertad de credo les valió sorbete. Algo que me  desesperó fueron las correligionarias de la Hermana Flor -después nos enteramos que es Madre Superiora- con sus porras al estilo de la Pájara Pegui. 

Sé que presentan una semblanza de los finalistas, pero se prolonagron. Yo quería acción, de veras que les doy las gracias por demostrarle al mundo entero cómo es un mexicano cuando hace las cosas de prisa. No supieron qué hacer con dos horas de edición y la prueba está en el último programa.

Con todo, los voy a extrañar, pero no por mucho tiempo, porque fue tan exitoso que ya están haciendo el casting para convocar a los pequeños. Creo que no me lo voy a perder.

Hasta pronto. 

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