lunes, 18 de marzo de 2013

DEMOCRATIZACIÓN FASCISTA

Una de las manifestaciones más perniciosas y de tendencia fascista es aquella que emplea a la democracia como el arma para amagar de manera colectiva a los ciudadanos.

Una muestra evidente es herencia del pasado régimen: Es uno de los spots del Instituto Federal Electoral, que ponen en cada bloque comercial y en todos los canales, por lo pronto, de Tamaulipas, que es donde varias alcaldías municipales, van a ser renovadas por medio de el sufragio.

La versión propagandística es como sigue: Dos chicas y un joven platican sobre sus dudas sobre quién votar. Hasta que una de ellas dice que tienes dudas también, por eso no va a votar y "así les digo que no está conforme con lo que proponen".

Hasta que la otra chica le dice: "¿Entonces vas a dejar que decidan por ti?
Y aquí se tiende la trampa: "¿así cómo vas a opinar?" La otra replica: "de alguna manera me tengo que expresar".

La técnica goebbeliana y el teorema de la aguja hipodérmica salen a flote y la otra señorita dice con severidad: "para mí te equivocas" que votar es la forma que tenemos los ciudadanos, y todo para que lo que los otros dos jóvenes cambien de opinión.

¿En dónde está el detalle? Que las razones que esgrimen para conminar a los ciudadanos al voto son totalmente falsas. ¿Desde cuándo está penalizada la negación del sufragio? ¿Desde cuándo tu intención de voto es canjeable por tu palabra? ¿Seremos reprendidos por no haber votado por el que obtuvo mayor porcentaje? Para mí, ellos son los equivocados.

Por eso muchos ni quieren votar, ya de por sí la confianza en la clase política es casi nula y a pesar que el gobierno actual ya cambió los anuncios donde generan más la invitación a las urnas, todavía los tamaulipecos tenemos que soportar la monserga del anuncio fascistoide de marras por televisión y radio. Y aún persiste mi enojo por eso.

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