viernes, 11 de diciembre de 2009

POR DEBAJO DE LA REALIDAD

Estos conatos de candidatos aspiran, suspiran y respiran por ocupar la silla presidencial para diciembre de 2012, y sus anhelos -se vale soñar- son demasiado adelantados. Es como si comprara un boleto a londres para ir a las Olimpiadas.

Pero qué se le va a hacer. Vivo en un país surrealista donde, según Aldous Huxley, se inspiró para hablar del territorio de los salvajes en "Un Mundo Feliz". Un país tan zafado de toda proporción lógica donde uno puede ver como por mal obra y desgracia, pueden hacer candidato a delegado y deponerlo en un tris. Ya le hicieron ver a Elmo, digo, Juanito que su candidatura es como aquellos cheques que están girados a nombre de uno, y por supuesto que lo cobra, pero esa cantidad, aunque viene nominada a él, ni es suya ni para si.

Sólo en un país, donde la delgada línea que divide la fantasía de la realidad, puede existir un señor con ínfulas de ungido que pretende salvarnos.

...y qué decir de pobre oferta de programas de televisión abierta.

Y mejor ni le sigo.

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