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miércoles, 25 de julio de 2012

BAGAJE CULTURAL PARA LA POLÍTICA


Alguna vez me pregunté: ¿Qué se necesita saber para hablar de política? tal interrogación se ha insertado en mi cabeza porque algunos comentarios a un periódico en línea le dicen a cierto comentarista que habla sobre lo que se transmite en televisión, le dicen que mejor no hable de política y mejor se dedique a sus "novelitas".

Pues a ese comentario le respondí con eso: "y, según tú ¿qué se necesita saber para hablar de política?" Ahora me respondo que bastaría con ser político, pero creo que los funcionarios públicos hacen cualquier cosa excepto política y esa palabra la usan para la creación de medidad y decretos poco formales. 

Quizás sirva de algo lo que aprendí en la preparatoria y en la universidad. Una de las materias que tomé en el bachillerato de humanidades era Teoría Política, y allí aprendí varias cosas que le dieron color a mi grisácea existencia:

Que Política viene del griego Polis (ciudad), y que el hombre es son politikon, es decir, es proclive a incidir en lo que atañe a su ciudad (esto lo vi en filosofía e introducción al derecho).

Conocí. si no el origen de ciertas ideas políticas a través de un libro de Pokrovsky, si a los principales promotores de la monarquía, la democracia antigua y la moderna, el racismo, las visiones apocalípticas de Vogt, las bases del socialismo, el imperialismo y el comunismo. 

De los partidos políticos supe que los hay como los tamales: uniclasistas unos y pluriclasistas otros, de cuadro y de masas, izquierda, derecha, central, extrema izquerda y extrema derecha. Que cada uno tiene su lema y sus estatutos y cada uno establece los emcanismos para hacerse de una militancia y participar en los comicios en aras del ascenso al poder.

Claro, sin desdeñar la educación cívica, cumplir con mis deberes de ciudadano. Todo eso para mí es el fundamento para hablar de política. Y no es culpa mía que la política se haya vuelto demasiado farandulera y trivial.