Desde hace unos meses varios medios impresos filtraron la información donde la Secretaría de Gobernación contemplaba la cancelación del programa "Laura" y la expulsión de Laura Bozzo de nuestro país.
Sus actos defensivos no se hicieron expresar: En una entrevista que le hizo Ciro Gómez Leyva dice que no es delito ayudar a la gente. Eso que ella hace no es ayuda, es una burla a la asistencia pública y privada, recordemos que ella es herencia del régimen panista para hacer el trabajo que le correspondía a la Primera Dama en turno. Recuerden que bueno no es quien ayuda sino quien no friega. Ella dice que es más mexicana que el chile, pero aunque se nacionalizara, sólo tiene por derechos los primeros 29 artículos de la Constitución. Si la llegasen a aplicar el artículo 33 no es por delito, sino por considerársele persona non grata. Sólo su soberbia le hace hablar así.
Pero vayamos a las cuestiones de su progrma de televisión que es el baluarte del amarillismo: sus casos parecen tomados del Libro Sentimental. y hasta la tipografía de sus preventivos emula a la de los encabezados de los tabloides vespertinos y las revistas del corazón, no se digan los títulos de los casos. Es una oda a la apología al crimen. Según condena a los desgraciados pero en realidad parece solazarse con las reacciones de los panelistas (presuntos actores). El programa Laura violenta la Ley Federal de Radio y Televisión al presentar ese programa en un horario familiar. Recuerden también que a una de sus panelistas le llamó "Putita" (sic.). No pasen por alto que según tenía a un niño adicto de espaldas pero el titulador puso su nombre. El programa Laura apela al morbo de la manera más obscena que se pueda conocer.
Es muy facil para la abogada decir que si no me gusta su programa le cambio a la tele, pero no voy a caer en esa trampa. Mi silencio me vuelve su cómplice y como estudioso de la comunicación no me voy a callar. Por cierto, la tele no es un medio democrático y su masificación no lo vuelve en eso. Prueba de ello es la cantidad de productos que tiene que promover y dudo que su público tenga el dinero para adquirirlos. Todo programa de televisión, incluso éste, apunta a un nicho de mercado. O sea, hay gente que ve "Laura" porque tiene un precedente emocional que lo procura.
Por cierto, lo diputados no son fiscales: son legisladores y gestores, y ellos son más que la autoproclamada "Abogada de los Pobres". No puede sentirse más que una diputada y más que un mexicano de nacimiento.
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