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viernes, 6 de abril de 2012

¿QUIÉN QUIERE UN POQUITO DE MANSEDUMBRE?

Un día como hoy, hace más de 2000 años, un hombre, sujeto con clavos a una cruz, no sólo murio por los pecados de la humanidad y por las enfermedades de todos, sino que en ese día y en los anteriores, nos enseñó muchas cosas, especialmente esas que nadie quiere tener: y una de esas es la mansedumbre.

Sí, la mayoría, tiene alguna opinión acerca de Emmanuel, o Jesús, o Cristo, o el Mesías (Llámale como quieras, al cabo Él es), pero pocos hablan de la recomendación de ser mansos de corazón. Jesucristo no sólo lo dijo así nomás, puso la muestra varias veces y mientras fue arrestado sufrió insultos y golpes, y ni así, dijo nada.

No soy adivino, ni quiero serlo, pero intuyo que no quieres dar tu otra mejilla cuando te hieren una, antes de eso prefieres responder el bofetón. Cuando te calumnian, no sólo quieres increpar la infamia, si por ti fuera, le desrtrozarías la boca. Sí eres sólo cumplidor en tu trabajo, pues qué bueno, pero alguna vez por lealtad ¿te has quedado horas extras que no serán retribuidas precisamente con pago extra? ¿No? Entonces no eres capaz de caminar la segunda milla, ni por amor ni por interés.

Por eso pregunto, ante la devoción de esta fecha y sin meterme en tus creencias: ¿Quieres recibir esta vez, tu dosis de mansedumbre?

Espero que me digas que sí; pero déjame advertirles una cosa: si le pides en oración a Dios que te de paciencia o mansedumbre, pues la respuesta es NO. ¿por qué? la razón consiste en que la paciencia es producto de la tribulación. Así mismo, la mansedumbre no se vende en botica ni te cae del cielo ni mucho menos lo vas a recibir como leche materna.

Te lo digo por experiencia propia, porque mi caracter no es el más dócil del mundo, y como tú, hay cosas que me exasperan y me impacientan, pero prescisamente Dios ,manda manda gente diferente a ti, te pone a prueba y como alguna vez dije, no es para saber qué pueden hacer contigo, sino para saber de qué estás hecho.

Dicen por ahí que detrás de una persona difícil, hay una historia igual, así que cuando veas a alguien que nomás le gusta sembrar cizaña, examina con cuidado sus reacciones y las tuyas. Acuérdate que hay gente que te provoca para que la agredas y así se hace pasar por la víctima. Con la mansedumbre le quitas ese poder y te ayuda a defenderte mejor.

Entonces quizás preguntes: ¿Me voy a cruzar de brazos? Claro que no. Se trata de ser cauto, de ser mansos como palomas y astutos como serpientes, tienes derecho a defenderte pero no a rebajarte al nivel de quien te ofende. El practicar la mansedumbre no excenta del pago a sus actos.

Por favor, no lo tomes como un sermón, sólo es algo en lo que estuve reflexionando y lo quise compartir.

Hasta pronto.