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domingo, 7 de junio de 2020

CRÓNICA ESCRITA DE UN AISLAMIENTO.

Toda la labor de documentación audiovisual sobre la actividad inició desde el 16 de Marzo de este año, cuando con una amiga fuimos a corroborar una foto donde según se estaba ocupando la playa. De ahí se hicieron las tomas desde un vehículo y en ese día, alterando el tiempo de inserción de videos, edité, convertí y subí ese episodio.

A partir de ese día comencé a preparar varias tomas donde vi que la cotidianeidad, por lo menos de donde vivo, se fue alterando por causa de la pandemia. Comenzaba a ser más difícil realizar mi trabajo, incluso me hicieron las muevas preguntas de rigor, toda esa quincena utilicé sólo la cámara de mi celular, que tiene una calidad aceptable.

Hasta que el corprativo donde laboro se le consideró como actividad no esencial, de esa manera dejé de presentarme para recluírme en casa. Desde antes adquirí un cubrebocas, el cual lavo constantemente para no formar parte de la contaminación por la mala forma de desecharlos.

Hasta ese momento, no me imaginé que el regreso a mi trabajo se viera postergado 3 veces. Por un lado no me puedo quejar, pero por otro veo que muchas personas han tenido que seguir buscando el pan a la vez que se reportan recortes de personal. Las tiendas de autoservicio han limitado poco a poco sus servicios; siguen abiertas pero hay que seguir un ritual de higiene y llevar puesto el cubrebocas (barbijo en algunos países).

Los medios tradicionales, y los digitales empezaron a buscar de qué manera hacer más llevadera esta situación tan inédita en este siglo: rotación de personal, algunos desde el estudio y otros conectados por varias vías de videollamada. Las redes sociales y los canales de videos se han visto en todo el mundo alterados en su modo de hacer contenidos. No se diga de los artistas, por citar un ejemplo, Sophie Ellis-Bextor, que ofrece un concierto semanal de aproximadamente media hora y hasta una de sus canciones la modificó para pedirnos que nos quedemos en casa.

En mi caso, sólo hago tomas cuando salgo y para dar el ejemplo, con todo y pena, uso como foro mi dormitorio y logré editar material que había filmado días antes de que comenzaran con las restricciones de espacios públicos (eso ocurrió el día primero de abril) como restaurantes, que comenzaron a usar el servicio a domicilio. No todos lo tienen, quizá fue esa la razón para que varias personas abarrotaran cierto local de pizzas el 30 de abril, lo que provocó que Cofepris sancionara a la pizzería. Ese incidente fue como una reacción a que el aislamiento devoró las fechas festivas y la semana santa. Comentando a mi colega Eduardo Arias, cuando el Gemmeinschaft (Comunidad) es forzado, la gente tiende a buscar una válvula de escape y la relacionó con el seguimiento de una costumbre.

Desde un principio, nunca fue mi intención hacer mofa de esta situación -vamos, que ni Alfonso Aguado del grupo español los Inhumanos lo ha hecho así de irreverente que es- y mucho menos alarmar a quien vea mis videos. Cierto que me llegué a hartar de estar filmando calles vacías y desvivadas, incluso estuve a punto de concluír mi proyecto "De Paseo" en mi canal de YouTube, pero todo salió mal, entonces fue más poderoso el deber "periodístico" que mi desánimo, además que para ese momento, primero de junio, se había anunciado un programa de reanudación de actividades que en México le llamaron "La Nueva Normalidad".

Lo más triste de esta cuarentena prolongada es que que no hay cubrebocas para el corazón. Mientras que a médicos, enfermeros, tanto hombres como mujeres en otros países, les aplauden y los ven como héroes, en mi país los atacan y los tratan peor que perro del mal. Muchas personas están hartas de la contaminación, no del microrganismo virulento sino de la infección informativa a la que están expuestas, poco falta para que también dejen de consultar las redes sociales. 

Yo seguiré atenidiendo las medidas de higiene, que son más que las de la influenza de hace 10 años, pero sinceramente, estoy sintiendo las punzadas de la incredulidad o mejor dicho, del descreimiento. 
Espero que esto acabe pronto Dios mediante.