Hace diez años, me puse a meditar en lo que nos identifica como nación y aunque no soy poeta, escribí estos versos pensando en mi país.
MEXICANIDAD.
Somos hijos del trigo y del maíz
Los que nacimos en este gran país.
De esta tierra que es mejor como ninguna.
Un lugar en el ombligo de la luna.
Es el frasco con dulces de colores
De distintos tamaños y sabores.
De la unión de hermosísimas culturas
Se ha creado una sui generis mixtura.
Valor cívico que nunca se desdeña:
Saludar a nuestra tricolor enseña.
Verde y rojo esco9ltando en sus orlas
Y el escudo cual guardián que las adorna.
El brillante color de la esperanza;
Es el centro de la paz en franja blanca.
La lucha por ser libre, viste en grana.
¡Qué bella inspiración de ella emana!
México no es simple. Es dulce. Es salado.
Es un platillo bien condimentado.
Los hispano, lo arábigo y lo local
Fusionaron el gusto nacional.
A pesar de ser nacionalista,
Lo extranjero no se pierde de vista.
Al no ser de corazón abierto
No sería real este sentimiento.
México. Policromático país;
Tinturas de cochinilla y añil.
Testimonios de la historia nacional
Inscritos en colorido mural.
Somos hijos del trigo y del maíz
Los que forjamos en este gran país.
De lo hispano, arábigo y local
Se amalgamó la cultura nacional.
