Hace no muchas semanas inserté un mensaje en Facebook que decía: "Me cae gordo que usen las redes sociales para campañas políticas. No cuenten conmigo".
Alguna vez me llegó un aviso de que cierto candidato político deseaba que lo añadiera como amigo en la red social de marras; asunto que no sólo ignoré, sino que me molestó mucho. Sólo un amigo sabe de mi inconformidad hasta ahora.
Así que, por mi ideario antipartidista, y en pleno uso de mi libertad de expresión, mantengo mi postura sin agraviar: no voy a añadirlos en ninguna red social, lo que hagan con sus vidas no me interesa como tampoco les interesa la mía.
En el "caralibro" sólo soy amigo de mis amigos.
¡Y sí!
Hace 4 semanas