Tal parece que todo está dicho y que todo se vuelve repetitivo y si tratara de redactarlo sería cada vez más reiterativo.
Lo único que recibo por aquí y por allá son aludes de información inútil que genera opiniones huecas y descalificaciones. La defensa de posiciones de ha vuelto moneda de cambio, tal vez tan valioso como un lingote de oro, por conservarlo, matar o morir.
¿Escribir acerca de qué?: ¿Otra temporada de reality show? ¡Qué flojera! ¿Elecciones? ¡Las mismas estupideces de siempre y propuestas nulas! Las "Perlas de Éter", que era un ejercicio de tópicos en triada acabó conviertiéndose en un muro de lamentaciones y vertedero de bilis. ¿Anhelos o frustraciones? ¡No gracias.
Por eso he dejado de escribir en mi blog antes de que esto se degenere, no quiero verme afectado por el golpe de calor del momento. Me callé lo que opino del mal fario que fue hablar de finanzas en un programa de revista y de una mujer que sepa usar el trapeador. Ni siquiera he reseñado las películas que he visto.
El buen juez por su casa empieza y si yo hablo de congruencia y de opinar con bases, debo poner el ejemplo. El silencio me sea contado por sabiduría. Eso espero.