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domingo, 28 de junio de 2015

LA DISFUNCIÓN NARCOTIZANTE EN LAS REDES SOCIALES

Así como Carlos Albert pugna en sus columnas por el juego limpio y el espíritu deportivo y Álvaro Cueva anhela que seamos especatadores activos en crítica hacia la televisión, yo lucho por una calidad de opinión desde esta humilde tribuna.

Pues bien, leyendo a Paul Lazarsfeld, uno de los pilares de la comunicólogía, hablaba acerca de la disfunción narcotizante de los medios de comunicación. Ésta, en su momento, se le atribuía sólo a la radio y la televisión hace más de 70 años, pero desde hace diez años, cuando se comenzaron a popularizar las redes sociales (Facebook, Instagram y Twitter entre las más concurridas), los elementos teóricos de este comportamiento falsamente activo han cambiado de dimensión.

El usuario de internet recibe un alud de información, mucha de ella sin el sustento científico o fundamentado en fuentes fidelignas. ¿Cómo un sector puede hacernos aceptar falacias ad nauseam? sencillo: manipulando la disfunción de marras. Goebbels sabía bien que era efectiva la repetición constante, la cual paraliza la acción que procede al pensamiento y le crea, como las drogas, una falsa sensación de bienestar.

Por eso ahora estamos repletos de una retroalimentación desnutrida a esos estímulos informativos huecos. La disfunción narcotizante nos ha "heredado" directores técnicos de sillón, personas que recetan medicamentos sin ser doctores, activistas de pulgar, defensores sin invocación y amadores de sectores oprimidos sin amor ni comprensión. Se erigen en jueces para pedir quemar en leña verde a los dos tontos que maltrataron a dos perritos y mataron un hamster en una tienda de mascotas, se sienten indignados por las insensatas declaraciones hacia los migrantes de Donald Trump y marcan pulgar arriba sin averiguar a los partidarios de la anti-vacuna.

Y ya, por favorecer u opinar, se sienten los justicieros o los agentes de cambio en el mundo, pero eso es una de las dos opiciones: una falsa sensación de bienestar ó descargan todas sus frustraciones (cualquier cosa que eso signnifique) hasta que quedan vacíos y satisfechos. Como lo quieran tomar.