Claro que no es mucho consuelo, pero por lo menos nadie puede decir que estoy de brazos cruzados. Hoy visité la oficina de empleos y la verdad, se puede ver un poquito claro el panorama, me acaban de entregar una carta-citatorio y el domicilio es el área de rectoría de una universidad privada, además acabo de actualizar mi currículum y ya lo guardé en mi disco duro virtual, que es uno de mis correos electrónicos.
Tengo cita agendada para las cinco de la tarde, pero ya conozco la ruta y me voy de mi casa a hora y cuarta de anticipación. Aparte de que me gusta la formalidad, detesto llegar con demora.
Sinceramente el horno no está para pan y ya es necesariuo tomar cartas en el asunto, sobretodo por la lista de reserva que para nada es alentadora.