martes, 25 de abril de 2017

UN DÍA SIN TRANSPORTE PÚBLICO

Ya habían prevenido en las redes sociales y lo leí de ojeada en algún tabloide, pero no lo tomé tan en serio por la naturaleza de ambas plataformas (como suelen llamarle ahora los colegas a ciertos medios) no fue para mí más que una amenaza.

Pero así sucedió ayer. La amenaza se transformó en advertencia: la mayoría de las rutas de microbuses, peseros y carros en la Zona Sur de Tamaulipas decidieron realizar un paro justo en la hora pico y en el día que muchos docentes y alumnos en su mayoría se reintegraban a sus labores y estudios, y éso que no estoy hablando del resto de trabajadores que día con día dependemos del transporte colectivo. Ante esta situación, había que tomar una alternativa que quizá fue la más acertada; entre cuatro contratamos un taxi que nos cobró una tarifa razonable. Por fortuna a las diez de la mañana todo volvió a la normalidad.

¿Por qué la ciudadanía fue amagada con esta suspensión? Según me informé, los concesionarios y choferes exigían un alza al pasaje, presuntamente a 15 pesos. Pero semejante numerito no les funcionó porque sus peticiones no fueron escuchadas. 

Aunque en cierto modo ser pasajero forma parte de mi trabajo,  considero que no son merecedores de un cambio en la tarifa. Algunas unidades están en pésimas condiciones, hay choferes que son descorteses y manejan pésimo, otros cuentan con distractores como el celular, un acompañante al lado ó su música a todo volúmen y que no acaba de quitar uno un pie del estribo cuando ya están arrancando.

Con el paro en el transporte dejaron de manifiesto que los pasajeros no somos prioridad.

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