martes, 19 de mayo de 2015

CÓMO DUELE ESPERAR

El domingo pasado, como es casi un hábito, calzarme mis tenis y caminar desde mi casa hasta una nueva calle pavimentada donde se reinstaló el botadero del rodante de Germinal, que ahora está del otro lado de la vía y quedó mejor. Siempre llevo una maletita y unas cuantas monedas para ver qué compro y en uno de los puestos varios libritos de 20 pesos, descubro un libro de bolsillo con una obra de teatro: "Esperando a Godot" del escritor irlandés Samuel Beckett.

Ya lo leí, consta de dos actos y 5 personajes, pero la trama circunda entre Estragón y Vladimir, que quedan en una cita con un tal Godot. Redundante en diálogos disconexos y frases repetitivas (Chespirito y Blake Edwards abrevaron de éste género teatral) y suficiente expresión corporal, los actores deben representar la intención de la obra para criticar el ensimismamiento de los individuos y su codependencia hacia personas, cosas e ideas. ¿Cómo quedaría si lo llevaran a las tablas?

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