jueves, 25 de febrero de 2010

FUERZAS DE FLAQUEZA

Esto de trabajar con catarro y tos encima. es una verdadera tortura: los músculos acaban adoleciento las acometidas que los ataques de histiasmina producen. Hasta lo dulce sabe amargo, por ello la anorexia nerviosa, típica de los varones, se hace presente; no obstante hago el intento de probar algo. Los medicamentos -en mi caso- sí alivain pero me noquean y me dejan algo debilitado.

En esos sopores hasta una película en el cine me pareció repulsiva.

Los días iniciales de esta semana ¿cómo olvidarlos? mi maleta parecía contener piedras, cuando salía a la calle me sentía tirando de una carreta con las ruedas oxidadas. ¿Dormir? ¿Con tos cánida?

Así que a partir del sábado y a las dos de la tarde yo pido "Tápon". He hecho lo que todo hombre debe en estas contingencias y mi estoicismo tiene un límite.

Hasta Pronto.

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