Me he puesto a pensar desde que se desencadenó la violencia otra vez y me doy cuenta de que mi corazón, aunque no es perfecto, es de carne, que además de ser el músculo que bombea la sangre, se conduele de ver personas que son presa del sadismo de otras.
Esta vez la radio, la tele y los diarios informan so riesgo. La gente, cansada de rumores y pláticas de zaguán, compra el vespertino sedienta de notas. Las buenas noticiasm, como el rescate de los mineros en Chile, son como agua fresca al sediento y pan de días al hambriento según el caso.
Hoy más que nunca han sido más que palabras las siguientes frases: "Dios te bendiga", "Buenos Días", "Cuídate Mucho", porque vienen desde lo más profundo del ser humano. Son fragantes flores sembradas en el páramo de concreto. Ese sitio yermo y gris en el que se ha convertido mi ciudad. nomás está allí el que tiene necesidad de transitar por sus calles y el que es el segundo hogar de tantos y tantos que trabajan en los comercios.
El mundo gira, y sí, hay miedo; pero sólo nosotros tenemos el dominio de convertirlo en el catalizador de nuestras fuerzas o el ancla que nos mantenga en el mismo lugar.
Por mi parte escojo lo primero. Repito que el mundo no cesa de dar vueltas y vueltas.
Esta vez la radio, la tele y los diarios informan so riesgo. La gente, cansada de rumores y pláticas de zaguán, compra el vespertino sedienta de notas. Las buenas noticiasm, como el rescate de los mineros en Chile, son como agua fresca al sediento y pan de días al hambriento según el caso.
Hoy más que nunca han sido más que palabras las siguientes frases: "Dios te bendiga", "Buenos Días", "Cuídate Mucho", porque vienen desde lo más profundo del ser humano. Son fragantes flores sembradas en el páramo de concreto. Ese sitio yermo y gris en el que se ha convertido mi ciudad. nomás está allí el que tiene necesidad de transitar por sus calles y el que es el segundo hogar de tantos y tantos que trabajan en los comercios.
El mundo gira, y sí, hay miedo; pero sólo nosotros tenemos el dominio de convertirlo en el catalizador de nuestras fuerzas o el ancla que nos mantenga en el mismo lugar.
Por mi parte escojo lo primero. Repito que el mundo no cesa de dar vueltas y vueltas.
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