Un 27 de Noviembre, pero del año de 1999, sería el protagonista de un evento que no tiene comparación: mi examen profesional.
Los días previos a esa fecha fueron de estar recolectando las firmas de mi jurado -para tal proeza tuve que dejar mi empleo-, hasta en sus lugares de trabajo. De casi encerrarme en las bibliotecas para conseguir la bibliografía para estudiar, de platicar con catedráticos. Para mí, era una guerra que había que ganar. No había opción.
El día D se presentó. Por cierto era lunes. y ya me presenté temprano, iniciaría la comparecencia con mis sinodales a las seis de la tarde. Decidí no invitar a nadie. Era una confrontación particular.
Alguna vez me comentaron que algunos alumnos no pasaban de unas cuantas palabras al responder. En mi caso fue distinto: por cada reactivo mis profesores recibían una minuta nutrida, en especial la referente a los primeros capítulos de "La Sociedad Telemática" de David Harris; como el tema es la tecnología al futuro, pues me entusiasmé en el tema que tuvieron que detenerme para concluir y deliberar mi desempeño a puerta cerrada.
En esa fecha, también rendía examen profesional en Derecho una chica, así que ambos esperamos entre pláticas e inquietudes.
En eso me mandan llamar.
...Para decirme que por decisión unánime (casi como en las justas de box) recibía mi aprobación con felicitación especial, así lo rubricaron en mi acta, la cual leyeron frente a mí puesto que en ella contiene el juramento a rendir para el flamante Licenciado en Ciencias de Comunicación.
Así que me indicaron que era el momento para extender mi mano derecha hacia los catedráticos para protestar y prometer poner en alto el título profesional.
Así concluyó un día que sería una vivencia casi difícil de vivir de nuevo.
*P.D: ¿Por qué no uso la palabra signar como sinónimo de firmar? sencillo, porque se me hace un barbarismo tomado del inglés "to sign".
Para que luego se quejen de que estamos deformando nuestro castellano.
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